miércoles, 14 de julio de 2010

UNA ESTRELLA EN EL PECHO



UNA ESTRELLA EN EL PECHO.

He de reconocer que jamás pensé que llegara el día en que pudiera escribir que…ESPAÑA ES CAMPEONA DEL MUNDO. Ha llegado ahora, en julio de 2010, seguramente cuando tenía que ser y era menester atendiendo a la calidad técnica y humana de los integrantes de la Selección Española, los cuales se han coronado de forma brillante en Sudáfrica como el equipo de referencia a nivel internacional. Eternidad hecha estrella.


España llegó a Sudáfrica para ganar, aunque jugadores y cuerpo técnico jamás lo dijeron, lo pensaban, conscientes que el favoritismo es algo que a los españoles se les atraganta. La derrota ante Suiza fue una manera de quitarse la presión y partir desde cero para remar contra la historia que afirmaba de forma rotunda que jamás un equipo que perdió su partido inicial salió vencedor del Mundial.

No obstante, nadie perdió la fe en este equipo y muchos ya presagiaron que si España pasaba a octavos sería temible…porque por todos es sabido que lo que no mata, engorda.


La Selección ya tiene su Mundial, y lo tiene porque jamás abandonó su ideario futbolístico (algo que si hicieron Holanda y Brasil por ejemplo), aquél que pregona el fútbol control y de toque en contraposición al contragolpe y al juego directo. Un fútbol del cual, “La Roja” es su principal promotor y exponente -recogiendo la innegable herencia de Can Barça-. España es la referencia y se lo ha ganado por méritos propios.

Hemos salido victoriosos, y lo hemos hecho a pesar de las profecías de Luís Aragonés, a pesar de “Los Nostálgicos” que añoraban el fútbol de seda de Austria en 2008 (un fútbol de seda visto sólo ante Rusia), a pesar de la sorprendente derrota inicial contra Suiza, a pesar de los dardos envenenados de Maradona, a pesar de los que criticaban a Del Bosque por el mal llamado “doble pivote”, a pesar de los cerrojazos infames de Honduras, Portugal y Paraguay, a pesar del mestizaje, calidad y juventud de la “Mannschaft” dirigida con maestría por Joachim “Modern Talking” Löw, a pesar de la brutalidad desmedida de Holanda en la final con De Jong y Van Bommel con el modo “trituradora” on.


La calidad de los futbolistas españoles es por todos sabida, aunque paradójicamente jamás es reconocida a nivel individual. Pero más allá de la calidad innegable de los jugadores que son los protagonistas, es obligado hablar de Vicente Del Bosque, el cual ha sido clave en este éxito colectivo.

El salmantino es un caballero y un señor. Todo un hidalgo español de rostro serio y corazón bondadoso. Estamos acostumbrados a considerar a gente como Mourinho o Capello como perfil y modelo de ganador nato. Pues bien, Del Bosque es tanto o más ganador que los citados y a las pruebas me remito. Y todo ello a pesar de dar siempre la mano al rival, de poner la otra mejilla ante las provocaciones y ataques de algunos colegas, a pesar de no criticar nunca a sus jugadores, a los rivales ni a los árbitros, y a pesar de estar siempre en un segundo plano para ceder todo el protagonismo a sus chicos. Chapeau Vicente.

Del Bosque es alguien que dijo “prefiero perder a defenderme”. La mejor defensa es un buen ataque y no hay mejor ataque que conseguir una estrella para nuestra camiseta.


España ya tiene su estrella en la zamarra, una estrella que ha costado sangre, sudor y lágrimas, muchas lágrimas. Este éxito mundial es la prolongación de la excelente labor que ya hizo Luis Aragonés en la Euro 2008, pero seguramente la semilla de los éxitos presentes se plantó en Barcelona’ 92, como la mayor parte de los éxitos deportivos que los españoles coleccionan a puñados en esta “Edad de Oro” que estamos viviendo.

En Brasil 2014, España aterrizará en la casa de la “pentacampeona” como vigente Campeona Mundial y como abanderada del fútbol de toque y samba. Toda una paradoja. Bendita paradoja.